Con apenas 25 años, Manuel Martínez dejó Valencia, ciudad a la que había emigrado desde Bienservida (Albacete) en unos años de posguerra extremadamente difíciles, y ponía rumbo a Barcelona. La ciudad condal lo acogió, le brindó las oportunidades que necesitaba y le permitió trabajar y progresar. Premió su esfuerzo con un nombre propio y una reputación innegable.

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Los años pasaron, la empresa original “Derribos Martínez” fue creciendo y ese espíritu emprendedor llevó a la diversificación del negocio. Martínez ya no era un apellido ligado sólo a la construcción, sino que empezó a asociarse también con otros ámbitos como la gestión inmobiliaria y los salones de juego. Esa diversificación, no obstante, conservó una constante: el valor del trabajo bien hecho, el sacrificio y la seriedad de una firma sólida y fiable.

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Grupo Martínez se ha forjado a sí mismo. Somos una empresa familiar que cree en una filosofía de trabajo basada en el esfuerzo y la constancia. La calidad en todo lo que hacemos es nuestra máxima aspiración a sabiendas que se requieren muchas personas satisfechas para labrarse una reputación, pero sólo un cliente descontento para acabar con ella. Los más de ochenta miembros que integramos Grupo Martínez somos conscientes de la importancia de estos valores como clave para lograr la confianza y reconocimiento de nuestros clientes. Y su satisfacción es nuestro principal objetivo.